En relación con la historia de la filosofía tenemos
que identificar la Edad Media en Occidente con el advenimiento y dominio
absoluto del cristianismo. El cristianismo no es filosofía, sino una religión.
Es un acontecimiento político y cultural de primer orden, que, en un principio
rechaza la filosofía porque desconfía de la razón. Con el tiempo, sin embargo,
tendrá que recurrir a una simbiosis con la filosofía, al uso de su terminología
y de la razón para poder combatir las diferentes sectas y grupos heréticos que
aparecen en el seno del cristianismo. Hay un proceso de adaptación de los
grandes filósofos clásicos (Platón y Aristóteles) a los dogmas fundamentales
del cristianismo.
Continuidad y discontinuidad
El advenimiento del cristianismo no es ajeno en
absoluto a lo que está pasando en el mundo helenístico. El cristianismo nace
como secta, pero también lo acaban siendo el resto de escuelas helenísticas:
todas ofrecen una fórmula de salvación y de felicidad. La única diferencia es
el tipo de salvación que ofrecen. La del cristianismo es una salvación en otra
vida posterior, planteamiento que no es tan extraño a la mentalidad helenística
como nos lo pueda parecer a nosotros.
El punto de discontinuidad radica en el hecho de que
el cristianismo está basado no en un pensamiento racional, sino en un hecho
empírico: el advenimiento de Dios y nuestra salvación por acción de la
Gracia divina. Todo esto es transmitido a través de un libro concreto (la Biblia),
redactado bajo el influjo directo de Dios. La Biblia no es una interpretación o
reflexión humana, sino la palabra directa de Dios.
Otro punto importante de discontinuidad es su intransigencia.
Mientras que el resto de corrientes helenísticas pueden convivir entre sí
durante varios siglos, el cristianismo es absolutamente intransigente. El año
313 Constantino promulgó el Edicto de Milán que permitía la libertad de culto
para los cristianos y la devolución de todos los bienes expropiados a las
iglesias. El año 391, Teodosio convirtió al cristianismo en la religión oficial
del Imperio. A la vez, el cristianismo se organiza jerárquicamente para luchar
contra cualquier forma de desviación en la interpretación correcta de la
Biblia, que es aquella que deciden los concilios. En el concilio de Nicea, en
el año 325, se declara herética la interpretación del arrianismo.
Características del cristianismo
- Se vive como un momento clave de la humanidad. Hay un antes y un después de la llegada de Cristo. Nuestro calendario es aún una prueba de ello.
- Se pasa de una concepción cíclica de la Historia a una concepción lineal. La historia pasa a ser una línea cortada por varios momentos clave: la creación, la primera llegada de Dios (a través del sacrificio de su hijo consustancial a él) y una segunda llegada (parousia) en que Dios llegará como juez juzgar a vivos y muertos con la espada (juicio final).
- El concepto de creación también es diferente del griego. Dios crea a partir de la nada. El mundo es contingente, producto de un acto gratuito de la libertad divina. No hay nada coexistente con Dios antes de la creación. Sin embargo, la concepción griega era necesitarista, es decir, se concebia el mundo como necesario, y, por tanto, como eterno y coexistente con los dioses.
- Un concepto absolutamente nuevo es el de la Gracia divina y la salvación por la fe. Esto hace que la razón pase a un segundo plano, y que incluso los primeros cristianos rechacen de plano la razón (“es absurdo, por eso creo”).
- Las relaciones entre la filosofía y el cristianismo oscilan, al principio entre la teoría del latrocinio, defendida por Tertuliano y a teoría de la culminación, defendida por Clemente. La postura de Agustín al respecto es más bien conciliadora aunque con una clara preponderancia de la fe: “creed y comprenderéis”.
- Por todo ello, la verdad ya no será una búsqueda racional, sino palabra escrita. Esto es lo que pasa a significar el logos a partir de ahora.
En mi opinión el cristianismo (al igual que todas las demás religiones) es una invención del hombre antiguo para reconfortar el alma. El hombre por naturaleza tiene miedo a morir pero si se piensa que hay vida en el más allá nos alegra y calma de que nosotros acabamos al morir. Esta práctica se ha llevado a cabo desde la antigüedad en todas los grandes imperios (romano, griego, egipcio...). Podríamos decir también que en una época de ignorancia era la forma de explicar los diferentes sucesos y la formación de nuestro mundo desde la nada. A partir de eso se introdujeron grupos o sectas de personas poderosas que supieron controlar y utilizar la situación para salir beneficiados económicamente. No es extraño oír que la Iglesia años atrás era mucho más dura y controladora que actualmente por el atraso de su gente o por los tiempos de crisis que vivían, ya que lo único que se buscaba era un consuelo. Por medio de la religión también se intentaba llegar a la felicidad mediante la palabra de Dios que transmitía calma y serenidad pero majestuosa y colérica a la vez.
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